La Familia: Juntos en la Presencia de Dios

The Family: Together in God’s Presence por John Piper y Noël Piper, traducido por Sebastián Recinos.

La adoración centrada en Dios es de suprema importancia en la vida de nuestra iglesia. Nos acercamos al momento de adoración del domingo por la mañana con gran seriedad y solemnidad y expectativa. Tratamos de hacer desaparecer todo lo superficial o trivial.

No todos los servicios son así. La mañana del domingo es el Monte de la Transfiguración: el maravilloso lugar de gloria y silencio absoluto. La tarde del domingo o del miércoles es el Monte de los Olivos: el lugar familiar para hablar con el Señor y entre nosotros. 

En este artículo, esperamos hacer dos cosas: 1) demostrar que los padres (o algún adulto encargado) debe traer a los niños pequeños al servicio de adoración  del domingo por la mañana en lugar de enviarlos a una “iglesia para niños”, y 2) dar consejos prácticos sobre cómo hacerlo. 

No afirmamos que nuestra forma de adorar es la única manera válida. Puede ser que no todas nuestras ideas van a coincidir con la forma en qué otra iglesia hace las cosas.

Por ejemplo, nosotros no tenemos un sermón infantil como parte de nuestro servicio de domingo por la mañana. Sería entretenido para los niños, pero a la larga debilitaría la intensidad espiritual de nuestra adoración . Hay una razón para todo. Y creemos que, al menos por una hora a la semana, deberíamos mantener una máxima intensidad de reverencia profunda.

La Piedra de Tropiezo más Grande

Hay muchas razones por las que instamos a los padres a que traigan a sus hijos a la adoración . Pero estos argumentos no tendrán mucho peso para padres que no aman adorar  a Dios. 

La piedra de tropiezo más grande para los niños en la adoración  es que sus padres no aprecian ese tiempo. Los niños pueden sentir la diferencia entre el deber y el deleite. Por ende, la tarea primaria y más importante de un padre es enamorarse de la adoración  a Dios. No puedes impartir lo que no tienes.

Unión

Adorar juntos contrarresta la fragmentación contemporánea de las familias. La agitada vida estadounidense deja poco tiempo para momentos de convivencia significativos. Es difícil sobreestimar la buena influencia de familias que hacen cosas importantes juntas semana tras semana, año tras año. 

La adoración  es lo más valioso que un ser humano puede hacer. El efecto acumulado de 650 servicios de adoración  junto a mamá y papá entre las edades de 4 a 17 años es incalculable.

Contágialos con tu Actitud

Los padres tienen la responsabilidad de instruir a sus hijos, a través de sus propios ejemplos, el significado y el valor de la alabanza. Por tanto, los padres deben desear que sus hijos los acompañen durante el tiempo de adoración  para que así ellos puedan contagiarse con  la actitud y la forma en la que sus padres adoran.

Los hijos deberían ver cómo mamá y papá inclinan sus cabezas en oración solemne durante el preludio y otros momentos no dirigidos. Deberían ver cómo mamá y papá cantan alabanzas a Dios con gozo en sus rostros, y cómo escuchan Su palabra con hambre. Deberían de ver la actitud de sus padres cuando se encuentran con el Dios viviente.

Parece que algo está mal cuando los padres quieren sacar a sus hijos durante su infancia y juntarlos con otros niños y otros adultos para dar forma a su actitud y comportamiento durante el tiempo de adoración . Los padres deben ser celosos en modelar a sus hijos el tremendo valor de la reverencia ante la presencia del Dios Todopoderoso.

No es una Expectativa Exagerada

Sentarse quieto y callado por una o dos horas el domingo no es una expectativa exagerada para un niño sano de seis años a quien se le ha enseñado a obedecer a sus padres. Requiere una medida de disciplina, pero eso es precisamente lo que queremos animar a los padres a impartir a sus niños durante los primeros cinco años de vida. 

Por ello el deseo de tener niños en el servicio de adoración es parte de una preocupación más grande de que los niños sean criados para ser sumisos y respetuosos (1Tim 3:4). 

Sí se le puede enseñar a los niños durante sus primeros cinco años de vida a obedecer a su padre y madre cuando les dicen: “siéntate tranquilo y en silencio.” La impotencia de los padres en controlar a sus hijos no debería ser resuelta por servicios alternativos, sino por una renovación de disciplina en el hogar.

No Todo les Pasa por Desapercibido

Los niños absorben una cantidad enorme de información valiosa. Y esto es así aún cuando dicen que están aburridos. 

La música y las palabras se vuelven familiares. El mensaje de la música comienza a asimilarse. La forma del servicio comienza a sentirse natural. El coro deja una impresión especial con un tipo de música que los niños probablemente no escuchen en otro momento sino solo en ese. Aun si la mayor parte del sermón les pasa por desapercibida, la experiencia nos muestra que los niños escuchan y recuerdan cosas impresionantes. 

El contenido de las oraciones y canciones y sermones les da a los padres inmensas oportunidades de enseñar a sus hijos las grandes verdades de nuestra fe. Si tan solo los padres aprendieran a hacer preguntas a sus hijos luego del servicio y, después, a explicar las cosas, su capacidad para participar se incrementará. 

No todo lo que los niños experimentan tiene que ser puesto a su nivel para ser de beneficio. Algunas cosas sí. Pero no todo. 

Por ejemplo, para aprender un nuevo idioma puedes ir paso a paso desde el alfabeto al vocabulario, a la gramática y a la sintaxis. O puedes tomar un curso donde puedes sumergirte en el idioma y lo único que escuchas es el idioma que no conoces. La mayoría de los maestros de idiomas estarían de acuerdo en que la segunda opción es, por mucho, la opción más efectiva. 

La adoración del domingo no es inútil para los niños solo porque muchas cosas pasan desapercibidas para ellos. Ellos pueden y van a crecer en este nuevo idioma mucho más rápido de lo que pensamos, si sus padres fomentan actitudes positivas y optimistas.

Un Sentido de Admiración

Hay un sentido de solemnidad y admiración que los niños deberían de poder experimentar en la presencia de Dios. Esto no es probable que suceda en una iglesia para niños. ¿Existe tal cosa como el trueno para niños o el relámpago para niños o el quebrar de las olas para niños?

Un profundo sentido de lo desconocido y lo misterioso puede surgir dentro del alma de un niño sensible en adoración solemne, si sus padres siguen a Dios con fervor. La magnificencia de Dios puede conmover al corazón joven y tierno a través de ciertos momentos de grandes himnos o “silencios ensordecedores” o la predicación con autoridad. Estas son de valor incalculable en la cultivación de un corazón que teme y ama a Dios.

Nosotros no creemos que los niños que han estado en la iglesia para niños por varios años entre las edades de seis y doce van a estar más inclinados o mejor entrenados para disfrutar la adoración que si hubieran pasado esos años al lado de sus padres. De hecho, probablemente lo opuesto sea cierto.

Probablemente va a ser mas difícil aclimatar a un niño de 10 o doce años a un nuevo servicio de adoración que a uno de 5 o 6 años. El cemento está mucho menos mojado y muchas posibilidades de dar forma a los impulsos del corazón se han ido.

Algunos Consejos Prácticos de Noël

Cuando nuestros cuatro hijos crecieron y se convirtieron en hombres, asumimos que nuestro capítulo de entrenamiento en la adoración en nuestras vidas había terminado. Pero Dios tiene sorpresas maravillosas. Nuestro hijo más joven tenía doce años cuando adoptamos a nuestra hija, quien tenía apenas un par de meses de edad. Entonces, nuestra experiencia con niños pequeños en la banca comenzó hace veinte años y continuará por un poco más de tiempo.

Comenzando un Paso a la Vez

Descubrimos que la “escuela” de adoración más temprana en la vida es el hogar, cuando ayudamos a un bebé estar callado por un momento cuando le pedimos a Dios por su bendición sobre nuestra comida; cuando un niño está sentado y escuchando a un libro de historias de la Biblia; cuando un niño está aprendiendo a prestar atención a la palabra de Dios y a orar durante los tiempos de devocional familiares.

En la iglesia, aún cuando nuestros hijos estaban en edad para la guardería de la iglesia, comencé a ayudarles a tomar pasos hacia el eventual hábito de asistencia regular a los servicios de adoración los domingos por la mañana. Usé otras reuniones como un campo de entrenamiento – bautismos, conciertos de coros, videos de misioneros y otros eventos especiales que llamarían la atención de un niño de 3 años. Le “promocionaba” estos eventos al niño como algo emocionante y para personas maduras. La asistencia ocasional gradualmente se desarrolló en una asistencia regular cada noche, mientras al mismo tiempo comenzamos a intentar con domingos por la mañana cada vez más seguido.

He decidido no usar el servicio de guardería de la iglesia como una vía de escape cuando el servicio se alarga y el niño se desespera. No quiero comunicar que solo se va a un servicio siempre y cuando parezca interesante, y después puedes ir a jugar. Y quería evitar un patrón que reforzara que todo el servicio es bueno, hasta el momento de la predicación de la palabra de Dios – entonces puedes irte.

Por supuesto, hay ocasiones en las que un niño se desespera y comienza a hacer ruido, a pesar de los mejores esfuerzos de los padres. Oro por la comprensión de las personas a mi alrededor e intento lidiar con el problema de forma discreta. Pero si el niño no se puede mantener quieto y en silencio, lo llevo afuera – para poder administrar una rápida disciplina y para el beneficio de los demás adoradores. Luego tengo que decidir si vamos a volver al servicio o quedarnos en el área reservada para padres con niños pequeños. Depende de qué tan sensible el niño haya sido a la disciplina y si es un momento apropiado de acuerdo con el flujo del servicio. Si nos quedamos en el “área familiar” afuera del santuario, ayudo a mi niño a sentarse de forma callada como si todavía estuviéramos dentro del santuario.

Cuando han llegado a los cuatro años de edad, nuestro hijo asume que va a estar en cada uno de los servicios semanales con nosotros.

Preparaciones Entre Semana

Tu anticipación y conversación antes y después del servicio y durante la semana van a ser importantes para ayudar a tu hijo a aprender a amar la adoración  y a comportarse durante el servicio.

Ayuda a tus hijos a familiarizarse con tu pastor. Deja que se den la mano cuando entren y que él los salude. Habla sobre quienes son los líderes de la alabanza; llámalos por sus nombres. Haz la sugerencia de que el maestro de escuela dominical de tu hijo invite al pastor a pasar unos minutos con los niños si el horario de domingo de tu iglesia lo permite.

Si sabes cuál será el pasaje de la Escritura del próximo domingo, léanlo juntos varias veces entre semana. La cara de los pequeños brilla cuando escuchan palabras familiares desde el púlpito.

Habla sobre lo que es “especial” sobre esta semana: un solo de trompeta, un amigo cantando, un misionero de  otro país, por quien has estado orando, quien ha llegado a hablar.

A veces puedes tomar los elementos ordinarios del servicio y hacerlos parte de la anticipación. “Hemos estado leyendo sobre José. ¿Qué crees que el pastor dirá acerca de él?” “¿Qué será lo que va a cantar el coro esta mañana?” “Quizá nos podemos sentar a la par de nuestro amigo discapacitado y ayudarlo con su himnario para que pueda alabar mejor también.”

Hay dos preparativos importantes antes del servicio: un lapicero y una libreta para “notas de domingo”, y un solo viaje al baño (se les desanima en gran manera a salir del servicio).

¿Qué Sucede Durante el Servicio?

Primero, dejo que el niño que quiera un boletín de adoración  consiga uno – esto ayuda a que el niño se sienta como un participante en el servicio. Y en silencio, antes que el servicio comience, a veces señalo las diferentes partes del servicio mencionadas en el folleto.

Durante el servicio, nos sentamos o paramos junto con el resto de la congregación. Comparto mi Biblia o himnario o boletín de adoración con mi pequeño, ya que el uso de estos es una parte importante del servicio.

El inicio del sermón es la señal para que comience la “toma de notas” (quiero que las actividades del niño estén relacionadas al servicio. Por eso no traemos libros de la biblioteca para leer. Dejo que un niño muy pequeño vea las imágenes en su Biblia, si lo puede hacer en silencio). Tomar notas no significa dibujar garabatos, sino “tomar notas” en una libreta especial que se usa solo para el  servicio.

El “tomar notas” se desarrolla a medida que el niño se desarrolla. Al principio hace dibujos de lo que escucha durante el sermón. Palabras o nombres específicos disparan dibujos específicos. Podrías escoger una palabra que se va a usar frecuentemente durante el sermón; haz que el niño escuche atentamente y marque en sus “notas” cada vez que él escuche la palabra.

Con el tiempo podría ser que quiera copiar letras o palabras de pasajes de la Escritura de la mañana. Cuando deletrear se hace más fácil, él escribirá palabras y luego frases que escuche en el sermón. Antes de que te des cuenta, probablemente ya esté haciendo un bosquejo del sermón y anotando conceptos enteros.

Metas y Requisitos

Mi entrenamiento para la adoración  tiene tres metas principales:

  1. Que los niños aprendan a temprana edad y tan bien como puedan a glorificar a Dios de corazón.

  2. Que les sea posible a los padres adorar.

  3. Que las familias no causen distracciones para las demás personas a su alrededor.

Por tanto hay ciertas expectativas que le enseño a los pequeños y espero de los más grandes:

  • Siéntate o ponte de pie o cierra tus ojos cuando el servicio lo requiera

  • Siéntate de forma derecha y quieta – no descansando en la silla o de forma inquieta o moviéndote, sino con respeto hacia Dios y los demás adoradores a tu alrededor.

  • Evita lo más que se pueda hacer ruido con los folletos y Biblias y páginas de himnarios.

  • Mantente despierto. El tomar notas ayuda (si permití que los más pequeños durmieran, pero ¡usualmente no lo necesitan!).

  • Mira hacia adelante a los líderes de la alabanza. No voltees a mirar a la gente ni al reloj.

  • Si puedes leer lo suficientemente rápido, canta leyendo las palabras en el folleto. Al menos mantén tus ojos en las palabras e intenta pensar en ellas. Si todavía no puedes leer, escucha con mucha atención.

Creando un Ambiente en la Banca

De mi parte, intento crear un ambiente en nuestra banca que haga que la adoración  sea más fácil. En años anteriores, me sentaba en medio de los dos que estuvieran teniendo más problemas entre ellos ese día. Escogíamos asientos donde pudiéramos ver la parte de enfrente mejor (al estar sentados, no de rodillas en la banca; arrodillarse lleva a retorcerse y bloquear la vista de otros).

Cada niño tiene una Biblia, dinero para la ofrenda y un folleto de adoración en mano, para no tener que buscar y excavar durante el tiempo de alabanza. Durante el preludio, si me doy cuenta de algo fuera de lo ordinario en el boletín que requiera que nos preparemos (lectura y respuesta u oraciones congregacionales, por ejemplo), rápidamente se lo señalo al niño que tenga la edad para participar.

Después

Cuando el servicio ha terminado, mis primeras palabras son de felicitación para el niño que se comportó de mejor manera. Además de la felicitación, podría mencionar una o dos cosas que ambos debemos mejorar para la próxima vez.

Pero, ¿qué tal si ha habido indiferencia hacia nuestras expectativas establecidas y poco esfuerzo por comportarse? Lo primero que sucede después del servicio es un silencioso e inmediato viaje al lugar más privado que podamos encontrar. Luego las palabras merecidas son dichas y las consecuencias administradas o prometidas.

Cercanía y Calidez

En las pocas ocasiones en las que mi pastor-esposo se pueda sentar con el resto de nosotros, el más chico se monta en su regazo – y está más atento y quieto de lo usual. Que cosa tan maravillosa es para una mente joven asociar la cercanía y calidez del regazo de un padre con momentos especiales con Dios.

Un niño siente casi lo mismo al estar cerca de su padre o madre o de un brazo sobre sus hombros o una mano cariñosa sobre la rodilla.

El ambiente del círculo cercano de la familia enfocándose hacia Dios será la imagen sin palabras que crecerá más y más en la mente y corazón del niño mientras madura en su apreciación por su familia y su admiración hacia la grandeza de Dios.